Necesito un abrazo.
Un abrazo largo y tierno, de esos reconfortantes.
Un abrazo de oso de esos que nos arrancan una sonrisa en el medio de la tristeza.
Uno de esos abrazos que nos alegran los ojos y nos provocan no querer soltar a quien nos abraza porque nos sentimos bien ahí, en la tibieza del cuerpo ajeno; de esos en los que contagiamos el no querer soltar y el aferrarse es mutuo; de esos donde el sentimiento es recíproco y no nos molestaría para nada quedarnos agarrados una semana.
Necesito un abrazo que me transmita energía, apoyo, amistad. Necesito toda esa alegría que nos da el sol y que sólo notamos cuando éste se toma vacaciones.
Necesito un poco de cariño y de valor, depositado todo a plazo fijo, en un abrazo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario