lunes, 9 de enero de 2012

Objetivos para este apocalíptico 2012

1. Ser como el chico que atiende en el Starbucks de Gorostiaga y Arce.
El miércoles pasado salí de terapia y me suena el celular. Franco, preguntando si lo acompañaba a Starbucks a tomar un café. Tenía que hacer tiempo para esperarlo así que caminé un poco por el Solar de la Abadía y cuando me llamó diciendo que estaba en la puerta, salí. Lo extrañaba. Con su cara de 'estoy en crisis, ayudame', me dio un beso y me agarró de la muñeca, como hace desde que teníamos tres.
Entramos en el paraíso del café, mi paraíso del café. Franco se quedó mirando la cartelera y yo avancé a la caja directo. Claro, no tenía que pensar mucho si siempre pido lo mismo. "Hola, ¿cómo estás?". Su sonrisa y esa pregunta simple pero en apariencia sincera que desprendían sus labios eran como la amabilidad en un gesto. No podés estar tan alegre, pibe; pensé. Franco seguía pensando qué iba a pedir. "Bien, gracias". Esa sonrisa tímida que esbozo siempre que un desconocido es demasiado atento. "Un venti Mocha Frapuccino" le pedí, mientras con disimulación reparaba en el expansor de su oreja izquierda y la alegría que no sólo descansaba en sus acciones, sino también es sus ojos. "Mi lema es: ¿por qué tomar poco de algo tan rico?" dijo, sin borrar la sonrisa. "Disculpame, ¿qué?" le pregunté. Franco había preguntado si le elegía el muffin y no pude escucharlo. "Que mi lema es: ¿por qué tomar poco de algo tan rico, no?" "Claramente" respondí, con esa alegría contagiosa que prácticamente emanaba de sus poros. Intenté pagarle. Le pregunté si le venían bien 50 centavos y, luego de hacer un gesto gracioso elevando las manos al cielo y moviendo los labios con un "gracias Dios" silencioso, me dijo que me lo agradecería. Entonces Franco, con cara de orto, interrumpió la escena. "Agregá un Caramel Macchiato venti y un muffin de arándanos." Lo miré con cara de 'no sos más ortiva porque no podés con tu cara' y él optó por la de santo. El chico nos preguntó los nombres. "Ana" "Ana y...?" Ana y el ortiva que la acompaña. "Frank". No pude evitar la risa cuando vi el triunfo en su cara. Me dio muchísima gracia su forma de demostrar que me conoce bien.
¿La cuestión? Por este año quiero ser como el chico ese, desprender alegría por los poros y ser amable sin mirar con quién. Claro, the whole thing va a durar 5 minutos, conociéndome. Sin embargo, guardé el vaso de ese Frapuccino como recordatorio.

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