sábado, 10 de diciembre de 2011

Something...

Es gracioso como todos los veranos pretendo hacer lo mismo. No quiero dormirme temprano porque estos son los mejores horarios, pero tampoco quiero despertarme tarde porque siento que perdí el día. Me falla el despertador, el reloj biológico y me termina saliendo bien solo la primera parte.
Sigo con ese "orgasmo" post recital y creo que a excepción del tiempo que me tomó ver una película, estuve escuchando Las Pastillas. Hasta me terminaron gustando canciones del nuevo CD. Y escucho y me acuerdo de todo.
Estuve pensando. Lo más lindo de ir a un recital es mirar alrededor y ver que los demás están ahí por lo mismo que vos, que les gusta lo mismo que vos, que lo sienten —a su manera— igual que vos. Gritar y chivar porque lo vale. Romperte los oídos porque la música es el ruido más lindo que vas a escuchar jamás. Saltar porque te lo pide a gritos la adrenalina. Sonreír o llorar de la emoción, no importa. Sentir que no hay mejor cansancio físico que el que tenés. Heridas de guerra, pérdidas en la batalla. No me opaques la noche, dale. Y cuando suena ESA canción, creer que no hay nada más que vos, ahí, saltando por tu vida y cantando porque te gusta.
Te estoy esperando, My Chem.

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