lunes, 12 de julio de 2010

Mal humor

Hoy estoy especialmente de mal humor. Amanecí con el despertador que lo único que hacía era recordarme que en vez de ir al colegio tenía que ir a sacarme sangre y luego entrar al colegio. Logré dominar los nervios un poco, pero sentía ese vacío en la boca del estómago... Ojo, no era porque no desayuné, eran los nervios. No pude calmarlos del todo hasta que sentí el pinchacito y me di cuenta que era más la previa que el real dolor de aquel pinchazo. Es muy cobarde decir que me dolió luego de haberme hecho tres piercings.
Ok, volví al colegio y hasta ahí iba todo masomenos bien, estaba alegre porque el viernes es el último día de colegio y lo peor de la semana (ir a sacarme sangre) ya había pasado. Pero en el segundo recreo del día fui con mi mejor amigo al campo de deportes y, sin querer, me senté sobre una línea recién pintada de la cancha de Fútbol. Ni les explico cómo quedó la parte trasera de mi pollera. Por suerte ya casi nos íbamos, pero todavía quedaba el turno tarde. Almorcé con mis amigos en la esquina del colegio, como siempre. Pero no tenía ganas de volver al colegio por lo que le pedí permiso a mi mamá para faltar. Ella sorpresivamente me dejó, por lo que volví a casa alrededor de la 1.45.
A la tarde me llamó mi mamá, diciéndome que la habían llamado del laboratorio donde fui a hacerme el estudio, que le habían pedido perdón y le habían dicho que el tubo que contenía mi sangre se cayó al piso, rompiéndose y desparramando todo su contenido. Por esa azón debo volver a ir el miércoles y pincharme "inecesariamente".
Mi martes trece se adelantó un día, creo que hubiese sido mejor quedarse durmiendo.

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