miércoles, 30 de junio de 2010

Deslumbrame


Creo que hoy me enamoré. Enamoré, dije? No, no me enamoré, me deslumbré. Sí, deslumbramiento es la palabra perfecta para describir mi estado.

Como todos los miércoles me tomé el mismo colectivo, alrededor de la 3.30 de la tarde, con mi acostumbrada música al mango y el uniforme del colegio, con el pelo más revuelto de lo normal y las mejillas sonrosadas de tanto abrigo que llevaba. Resignada, porque sabía que no iba a verlo. Llevaba dos miércoles sin tomar el mismo colectivo y yo solo lo había visto otros dos, por lo que imaginé que tal vez no fuese una rutina tomarse aquel colectivo. Pero entonces lo obvservé frenarlo y subirse, mientras inspiraba hondo y fingiendo enviar un mensaje, lo observaba más allá de mi celular. Había notado el parecido antes, pero hoy, que lo observé más detenidamente, puedo confirmarlo. Sí, ese chico se parece a Frank, de echo es la reproducción más parecida y real que he visto de él. Vamos a ponerle un nombre... Lo llamaremos Frank (muy ingenioso de mi parte).

Las tres veces que lo ví Frank siempre lleva una converse negras, jean ajustados y remeras escote en V. Tiene una bufanda gris, que he apreciado infaltable en su vestimenta, ya que es lo único que no varía aparte de sus zapatillas. Lleva un bolso de cuero, pequeño. A Frank le gusta sentarse atrás, donde a esa hora y por el recorrido del colectivo siempre da el sol. Creo que prefiere junto a la ventana, siempre va mirando hacia el exterior. No sé el nombre de Frank y Frank tampoco sabe el mío. No sé a dónde va, ni de dónde viene, sólo sé en que parada se baja. No sabe de donde vengo, ni a donde voy, no sabe en que parada me subo (ya que lo hago antes que él) y no sabe en que parada me bajo (porque lo hago después de él). Me gusta detenerme a observarlo durante los 30 (aproximados) minutos que dura su recorrido. Siempre se sienta bien derecho, con la mano entre las piernas.

Frank tiene expansores, justo como Frank tenía antes, del mismo tamaño y todo. Frank tiene un argollita plateada en el lado izquierdo de la nariz, igual que Frank antes. Frank tiene los ojos verdosos y de perfil, es bastante similas a Frank. Es rubio, pero se parece. No sé qué música escucha, porque contrariamente a lo que hacen los jóvenes de su edad, el no va enchufado a los auriculares todo el viaje, como hago yo. Frank debe tener unos 22 y me gusta. Él jamás me habló, ni yo a él. A veces lo encuentro observándome, quizás pensando lo absurda que me veo observándolo como boba.

Es lindo y parece muy dulce. Como observa las cosas, sus movimientos suaves... parece perfecto. Quizás si alguna vez le hablase me llevaría una desilusión, sin embargo sé que jamás lo haré. Me conformaré con seguir observándolo, como todos los miércoles, desde las 3.34, hasta aproximadamente 30 minutos después...

Frank es la causa de mi deslumbramiento. Sí, él, con sus aproximados 22 años y sus expresiones dulces.


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