martes, 23 de abril de 2013

De vez en cuando escuchás aquella voz.

"...O algo así". Algo. Así. O. Así algo O. Hacía unos segundos que había dicho eso, pero las tres palabras seguían rebotando en mi mente. No llegué a escuchar lo que había dicho antes. En realidad no había podido prestarle atención. Hubo varios minutos de silencio, aunque silencio fuese una forma de decir porque Morrissey estaba cantando de fondo.
Hay ciertas imágenes que se repiten continuamente en mi cabeza, como si no pudiera frenarlas. A veces lloro, cuando me convenzo de que todo pasado fue mejor. Y entonces su mano en mi cabello, la boca entreabierta, la mirada de perdida; entender que mejor no es nada, que todo es bueno y diferente y hay que aprender a disfrutar.
—¿Entendés?
—No—y la verdad es que no entendí nada porque no estaba prestando atención. Da igual si hablaba del clima o de sus crisis exitenciales. El amor es una mierda y mis pensamientos van a seguir siendo mejores que la realidad.
—¿Escuchás algo de lo que te digo?
Tiene un cubo mágico en las manos. Logró armar dos caras pero son opuestas y ya no puede avanzar. Se estancó. Como se estancan las economías. Como nos estacamos nosotros cuando lo dejé de escuchar, eso que sucedió cuando dejamos de invertir en la relación que teníamos. O que tenemos. Pero el tiempo en el que tendría que decirlo es todo una incertidumbre porque ya bajé los brazos, pero él sigue empeñado en que escuche algo de lo que tiene para decir. ¿Qué? "O algo así...". Eso fue lo último que oí.
—O algo así—repetí en el mismo tono y forma en que lo había dicho.
Alzó una ceja y me miró a los ojos.
—Que no sabés si son amigos... o algo así—completé una frase que ni yo era consciente de haber escuchado..
—Exacto, entonces te...
—¿Puedo poner Serú Girán?
—¿Viernes 3 a.m.?—sonrió—sos predecible, ¿eh?
—Inconsciente Colectivo, pelotudo.
—Bueno, poné lo que quieras. 
—Tengo miedo de sacarte Morry y que me pegues.
—Si ponés Viernes y apagás el velador me suicido.
Hoy desperté cantando esta canción, que ya fue escrita hace tiempo atrás... Vos escuchás The Smiths todos los días de tu vida, no me jodas.
Serú Girán. La ventana. Un cigarrillo. Sigue hablando y no escucho. Grita y no escucho. Llora y no escucho. La música y su mirada preocupada. El cigarrillo que se me desliza de los dedos y me quemo. Me quemo, me quemo, me quemo. Me agarra de los brazos y lloro. Me sacude y lloro. Qué sentido tiene si no escucho. Si ya no escucho, si nunca entendí. Me quemo. El cigarrillo. Me quemo. Te quiero cuando te ponés pelotudo. Te amaba cuando escuchaba. 
—O algo así.



Esto es extraño. En mi mente tiene sentido, lo juro.
Estaría bueno que ustedes le encontraran uno que vuelvan propio.
Las conversaciones sueltas creo que son vicios que me deja la sobredosis (¡y qué sobredosis!) de películas independientes.
Caos. Viva el caos. El caos que nos mantiene vivos.
B.


2 comentarios:

  1. Le encontré MI sentido. Y lo encontré en un viejo recuerdo...
    Un besito, B. Seguí escribiendo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias, qué ternura!
      Me gustaría saber de ese viejo recuerdo.
      Como me gusta saber de todo, claro.

      Eliminar