sábado, 30 de junio de 2012

¿Qué nos pasa los días nublados?

Los días nublados son perfectos para pensar y repensar las cosas. Quizás tapado hasta la nariz, sentado en la mesa de la cocina con un café, mirando por la ventana, leyendo un libro, tomando un té con miel. Porque los días nublados parecen, o al menos para mí, enfriar lo que nos pasa. Lo que nos enoja, ya no nos enoja tanto; lo que no gusta, nos gusta pero ya no es indispensable; las reacciones quizás no fueron las ideales; esa canción que nos hacía llorar, ahora es sólo ese recuerdo... Lo que fuese. Como si el sol, que sigue ahí detrás de las nubes, se hubiese llevado la certeza de nuestro sentir. Los días nublados son casi como la cuerda floja. La clave es saber pisar debidamente para no perder todo eso que en realidad sentimos.

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