Bruno

Anoche mamá dijo que si de verdad quería crecer debía vencer algunos miedos. Volvió a afirmar, por enésima vez, que los monstruos y los fantasmas no existen. A veces cuesta creerle, sobre todo cuando escucho ruidos, veo cosas.

Él viene a visitarme, de tanto en tanto, cuando no puedo dormir. Tiene mi edad… Bah, más o menos, porque no habla y olvido preguntársela. Se murió hace muchos años, parece; lo digo por la ropa que tiene, que siempre es la misma. Sus ojos vacíos, su cuerpo sin color… Me da miedo, a pesar de no ser malo. Cuando llega se sienta a mi lado, observa mi rostro por horas, emite respuestas gestuales a lo que le digo. Parece que jugáramos a esos pasatiempos que tenemos los de mi edad, donde uno pregunta y el otro sólo puede responder si o no; en este caso, mediante gestos. Bruno se llama, adiviné un día. Bruno, como mi mejor amigo. Se murió de chico, enfermo, me dio a entender. Se parece a mí, que también estoy enfermo.

Bruno, mi amigo, cree que estoy loco porque veo al otro. Que no existe, dice; pero yo sé que sí.

El fantasma parecía apenado en las últimas visitas. Le pregunté si sabía algo y, cuando su cabeza se movió afirmativamente, por alguna extraña razón, supe que tenía que ver conmigo y “ese bicho que hospedo en mi cuerpo”, como lo llama papá. Me voy a morir, como Bruno, seguro. Mamá dice que me voy a curar, pero yo escucho a los médicos, que no le dan muchas esperanzas. Ella espera, desea, eso es lo que hace.

Anoche dormí en mi cama y no lloré. Mami me felicitó, dice que es parte de crecer. Lo que ella no sabe es que Bruno me visitó, otra vez. No trajo buenas noticias; lo peor es que tenía razón, por eso estoy en el hospital ahora. Mamá llora y papá la abraza, mientras yo fijo la vista en Brunito, que acurrucado en un rincón de la blanquecina habitación, me sonríe y articula que “todo va a estar bien”.

Cortiro y raro, ¿no?

Gracias a los que me dijeron que lo iban a leer. Acá lo tienen.

Quiero críticas o los fajo (?

Temo que esto de subir cuentos se me haga un pequeño vicio.

Creo que ya está, me voy.

Gracias por perder el tiempo con estas boludeces que escribo.

Gudbai, pipol