miércoles, 1 de septiembre de 2010

La mente & yo

¿Es amor? No sé.
¿Se te acelera el corazón? Probablemente...
¿Querés hablarle todo el día? Si lo niego sería estúpido.
¿Te gusta? No.
¿Entonces qué es? No sé.
Pero algo te pasa... Seguro.
¿Entonces? ¿Entonces qué?
¿Entonces te estás enamorando? No, no es amor.
¿No es o no querés que sea amor? No es, no quiero, es lo mismo.
No es lo mismo. Podés no querer y sin embargo ser amor; podés querer y que no sea nada; o puede ser y vos negás quererlo. Yo no niego nada, callate, ya me hartás. No quiero pensar en eso.
¿Por qué no? ¿Te duele? Y si me doliera, ¿qué?
Te duele porque estás enamorada, porque te gusta... ¡Qué no!
¿Se parecen? Muchísimo.
¿Te gusta lo que dice? Amo lo que dice.
Y si llorás es porque te gusta, dale, dejá de negarlo. No, no estoy llorando.
Manzana. Manzana.
Dale. No.
¿Por? Porque no pasa nada.
¿Entonces? ¿Entonces, qué?
¡TE GUSTA! ¡No!
¿Qué no? Estás intensa hoy, ¿eh? Chau.
No te vayas. ¿Por qué?
Porque te está esperando. Estoy cansada.
No importa, te está esperando. Tengo sueño.
¿De lo contrario te quedarías? Sí.
¿Ves? Te gusta, te enamoraste. Estás insoportable.
Bueno, chau. Chau.
¿Te vas? ¿A dónde? No importa, por ahí.
¿A hablarle? A hablarle.
Te enamoraste, no.

Ahora ella está feliz, volvió con el idiota, yo recorro las calles, buscando otra mujer. Y aprendí que mentirse tiene patas muy cortas, que siempre la costumbre va a matar al placer.

1 comentario: