miércoles, 20 de junio de 2012

Fuego

Estamos acá y el humo nos dificulta la vista, nos lloran los ojos. Todo se cae a pedazos rápidamente; demasiado, teniendo en cuenta lo que costó construirlo. Se destruye y no hay tiempo ni para decirle adiós.
Los ojos enrojecidos clavados en los recuerdos, que también se destruyen. Se quiebran, se parten, se queman, se hacen trizas. Y vos y yo, acá, mirando. No podemos hacer nada, el fuego nos ata las manos. Vemos cómo se muere lo nuestro, cómo se incendia, cómo se resquebraja. Tratás de atajar esa foto vieja de los momentos felices, pero se cae y se quema, se pierde, se deshace; quizás porque ya no hay momentos felices. 
Qué pasó. La vida, el fuego, el agua, el humo, la tierra, el polvo, las manchas, las heridas, el dolor. Un abismo. Un abismo que, ahora, nos encuentra separados. Y no sabés cuánto quisiera agarrarte la mano para estar segura de que no te vas a ir, de que pase lo que pase me vas a seguir buscando. Te grito, pero el viento borra las palabras. Te lloro, pero el fuego evapora las lágrimas. Te tiendo mi mano, pero el humo tapa el gesto. Te digo que te quiero, pero el abismo te impide escucharme.  No puedo hacer nada más que vernos arder. 


¿What is that? Fiction, again.

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