domingo, 27 de febrero de 2011



Pensaba en mi pelea con ella. "Pelea", porque en realidad yo nunca quise pelear. No voy a decir un nombre, quizá no quiere que escriba sobre ella y no tengo ganas de seguir embarrando la cancha. De todos modos le voy a pasar el link de esto para que si quiere pueda leerlo. En Facebook todo es puterío y si se lo pongo ahí, voy a darle de comer a gente que no tendría por qué meterse.
Supongo que más allá de que no vaya a dar un nombre las personas que pueden llegar a leer esto saben—desde que leyeron la primera oración—a quién me estoy refiriendo. Yo ya no sé qué más hacer ni qué más decir, no sé qué la hiere y qué no. Antes que nada, ella sigue siendo mi mejor amiga más allá de lo que pueda pensar o sentir ahora sobre mí. Pero voy a dejar de dirigirme a un X lector de este pobre blog para hablarle directamente a ella, para decir cosas que creo que ya le dije pero necesito recalcar:
Vos sos mi mejor amiga, VOS. Nada ni nadie va a ocupar ese lugar, menos un aparato de mierda que si no lo tuviese mi vida hubiese seguido su rumbo igual. Probablemente no tendría ciertas características que ahora sí, pero yo seguiría siendo Ana.
Y "esto" en lo que me convertí—que vos ves como una adicta y yo no—es temporal, creo que ese punto no quedó claro. A ver, digamos que el punto de la adicción es un poco exagerado, admitilo; y no te estoy pidiendo que cedas todo, sólo ese punto. I mean, yo estoy acá porque vivo al pedo, pero no vivo para estar acá. ¿Se entiende la diferencia? Pero vamos a dejar de lado un poco eso de las adicciones, porque a mí me genera frustración y a vos, al parecer, enojo. Eso podemos hablarlo en cualquier otro momento, cuando las cosas están más calmas, quizá hasta en otro "tono".
El punto acá es la discusión y el abismo que hay entre esa amistad que teníamos y lo de ahora, que ni siquiera sé cómo nombrarlo. ¿En cuánto? ¿Dos semanas? Se fue todo al carajo. Entonces, agachando un poco la cabeza y dejando de lado ese orgullo de mierda que muchas veces tengo, te pido perdón. No por lo que hice, porque de última es algo que me hice a mí y como te dije el otro día no tenés por qué hacerte cargo; te pido perdón por ese daño que sin saber te causé y esa "inutilidad" que te hice sentir. Más allá de eso, que vos estés o no de acuerdo con lo que yo hago con mi vida, es otra cosa. Respeto tu opinión y la tomo en cuenta, pero lo que hago yo con eso después es cosa mía. No por eso tenemos que discutir, no por eso tenemos que distanciarnos como lo hicimos. A ver, estoy intentando ser clara pero creo que hasta yo me mareo. A lo que voy: yo, en mi relación con vos, estoy dispuesta a ceder cualquier cosa con tal de recuperar esa amitad (y creo que te lo dije por msn), pero no voy a cambiar mi vida por eso, ¿sí? De todos modos, repito, esto es algo temporal y una forma de distraerme un poco durante el verano.
La concha de la lora, temo no estar siendo lo suficientemente clara. Me pasa seguido con todo lo que escribo. Amiga, lo más importante de todo esto es que quiero que sepas que más allá de que—lamentablemente—nuestra relación parece haber cambiado, lo que yo siento por vos no cambió. Todas esas cosas que te dije miles de veces, en Facebook, en cartas, en papeles boludos durante las clases, en persona, no cambió ni va a cambiar jamás. Incluso si te olvidaste, si todas esas cosas se perdieran, se borraran, hay algo escrito acá que te dediqué y que no pienso borrar. Si sentís que algo cambió, volvé a leer eso.... para mí todo sigue siendo igual. Y... ay, la puta madre, estoy llorando. No quería llorar, pero últimamente estoy un toque sensible. Quizá será que me hacen falta tus boludeces, los comentarios graciosos en cualquier momento, la sonrisa incluso cuando las cosas están mal.
Te amo con el alma y espero que tomes esto como las "disculpas" que son.
Gracias por todo lo que pasamos.
Y aunque a veces no lo parezca, recordá siempreque vos sos mi mejor amiga.

Espero que todavía te acuerdes lo que signifca.

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